martes, 1 de octubre de 2002

Atardecer


Se acaba el día,
la tarde soleada
se ha vuelto
parda y fría.


El sol allá
a lo lejos
se esconde
y juguetea.

La luz anaranjea
y la tímida luna
se asoma a la ventana.

La lumbre en el hogar chispea
y el alma, melancólica,
descansa y se recrea.

lunes, 29 de julio de 2002

Mori

Fuiste entre nosotros
un miembro más,
en cada momento
estabas, en salidas
hacia el campo y la playa
siempre nos acompañabas, y eras
compañera fiel.

Cuando sentada en tu cama
el amo por la puerta se asomaba
y el mono de la percha descolgaba,
sabías, que la salida hacia el campo
era cierta y tus ojitos vibraban,
dando saltos y gruñidos de contenta.

Ahora, bien se nota tu ausencia,
en nuestra retina estás
pero falta tu presencia,
tus ladridos y tus saltos,
tus ronroneos, tus lloros,
tus ojillos chispeantes,
tus orejillas alerta.

Tu rabillo en movimiento
cuando el viaje se aproxima,
tus quejidos y tus fiestas.
Mas no te has ido,
tú, Mori, siempre estarás
con nosotros.

Hay quien dice que el “alma”
solo es del hombre.
Nosotros muy bien sabemos,
que en estos años vividos
nuestras “almas” se entendieron
y ahora... aunque no estás
en vida, estás en nuestro sentimiento.

“Tu familia”

lunes, 3 de junio de 2002

Una tarde de mayo

Deliciosa aquella tarde,
de aquel hermoso mes de mayo,
el lugar, es un edén,
de bellas flores rodeado.

De árboles llenos de vida,
sencillos y hermosos geranios,
y enredados en las verjas
suben las ramas trepando.

Anfitrionas, dos hermanas,
graciosas como ellas solas
Obdulia y Ana,
y al entorno de una mesa,
cuatro tazas de café
una tabla de parchís
y una agradable merienda.

Y al ritmo del pín, pán, pún
del catapún candela,
dando vueltas con las fichas
que te mato, que me matas,
que yo gano, que no llegas,




que cuento diez y ahora veinte
y que de nuevo al corral
a esperar que salga el cinco
y otra vez a dar la vuelta.

Y en el centro de este ambiente
Agustina, amiga de Ana y Obdulia
pero... Alto ahí... ¡No creáis
que solo es vuestra!

Que con el hilo y la aguja
allá en los años sesenta,
conocí yo a Agustina.

Que entre ojales y entretelas,
entre bolsillos y mangas,
hilvanes, cuellos, portezuelas,
forros, bajos, bocamangas,
volantes y sobrehilados, junquillos,
bastas, plisados, pestañas,
pespuntes y más pespuntes,


hombreras y más hombreras.
Gafetes, presillos, botones,
presiones, ojales y etc., etc., etc.
se formó tal enrredije,
del que nació para siempre
una amistad sincera.

Casi “na” menudo rollo
he “formaó”
“pa” solo querer decir;
que en el puerto de Jumilla,
una tarde primorosa de un
hermoso mes de mayo,
la pasaron cuatro “tías locas”
dándole vueltas al dado.

Bueno, ahora, con mucha
formalidad y en virtud
de un sentimiento
y con plena lucidez
os quiero a las tres decir;
gracias por aquella tarde,
gracias por vuestra amistad
yo me muestro como soy
y de corazón os digo;
aquí está Ana Antonia
“pa” lo que queráis mandar.

miércoles, 1 de mayo de 2002

Contrasentido


Camino por tus calles
me embriago de tu paz
y tu sosiego, descubro
ensimismada tu alegría
y respeto tu amargura
y tu silencio.

Y que contrasentido
reina en ti y que bulla
de amor y que revuelos
y que explosión de vida
y de colores envuelven
tus tristezas y desvelos.

¡Y es que despertó la primavera
y es que sus ramajes y sus flores
adornan tus caminos y senderos,
que dan sosiego al alma
de los que como yo, visitan
y recuerdan a los que aquí vinieron!

Y yo camino por tus calles
contemplando la vida
y tus silencios, rezando
una oración, llenando
mi alma de paz…
La paz que dan los muertos.

jueves, 4 de abril de 2002

Una taza humeante

Como cada mañana
contemplo este cuadro de luz
que refleja la vida.
Como alegres los pájaros cantan.
Como pintan los cielos
sus blancos y azules.
Y los gatos maullando
sobre ríos de tejas.
Chimeneas humeantes
y surcando los cielos
las aves viajeras.
La canal que recoge la lluvia.
Los tensados cables
llevando la luz.
El viento que sopla
y densa la niebla.
La nieve que todo lo cubre.
El calor del estío,
el sol, que hoy no luce
y que siempre ilumina la tierra.
Delante de mí
una taza humeante
una mesa.
Y a través de este
cuadro de luz
contemplo
un nuevo día que llega,
trayendo ilusiones
llevando retazos
de vida...
Aún siento la taza
humeante.
Siento el latido de tantos
momentos.
Siento un murmullo
dentro de mi alma,
dándole impulso
a mis sentimientos.

jueves, 14 de marzo de 2002

Bajo los pinos

El viento sosegado
del estío
inunda la tarde
de placeres.
La tierra
respira por sus
poros los sudores,
esperando la lluvia
que no llega.
Y guarda en sus entrañas
las raíces
que ha de alimentar,
siente que poco a poco
sus hijos se le mueren.
Que a pesar de sufrimientos
dan sus frutos, paridos
con dolor de sequedad.
Se queja, y no sabe
hasta cuando,
mas no se cansa
a pesar de sus temores.
Y el viento es su aliado,
el viento sosegado,
el viento es su enemigo
a tempestad.
Y esperando la lluvia
inundando la tarde
de placeres,
la tierra siempre está.

domingo, 3 de febrero de 2002

...Adivina,adivinanza...

Se introducen
las manos en tus senos
quizás con ligereza,
más si con orden y prestancia.

Si bien
es cuidado y elegancia
estrujas y recoges
la exuberante sustancia.

Separas primero
lo más fino
con delicada atención
y vas frotando;
redondos, alargados,
orondos, corpulentos
y prístinos.

Y llegando al final
los más punzantes,
como espadas, escudos y trinchantes.
Adornados de signos
y con rabo
para así manejar mejor su arte.

Qué descanso,
por fin se ha terminado
la montaña de cacharros
bien pringados.
Y las manos repasan
bien tus senos
hasta dejarlos así
dispuestos y elegantes.

Y así día tras día
y no se acaban,
los residuos de placeres
de las mesas,
y se llena y se llena
de esperpentos,
platos sucios, cazerolas,
vasos y cubiertos.

Te nombraré a ti
insigne dama,
reina y señora
de la triunfal cocina.
Y a tus plantas
me inclino, igual señera,
siendo así mi aliada
como sufrida y fuerte
valiente y resignada
la inmóvil fregadera.


ODA
A
LA
FREGADERA.

viernes, 18 de enero de 2002

Aquella bufanda marrón

Sueño esta noche
asomada en mi balcón
mientras veo la nieve caer.

Los copos van cubriendo
poco a poco los tejados
y las chimeneas
respiran gozosas
al amor de la lumbre.

Nieva esta noche
en mi pueblo,
nieva como en años
no hacía.

Y mi alma de niña
he vuelto a sentir
jugando en la nieve,
haciendo muñecos
con gorro, nariz
y aquella bufanda marrón
que el fleco rompí,
cantando el corro Manolo
a su alrededor...

Sueña y sueña
mi alma infantil.

Los copos cayendo
y el frío en mi cara
de pronto sentí.
Palpo la nieve
¡y es realidad!,
Es, este momento
de esta hermosa noche
que me hizo soñar.