un miembro más,
en cada momento
estabas, en salidas
hacia el campo y la playa
siempre nos acompañabas, y eras
compañera fiel.
Cuando sentada en tu cama
el amo por la puerta se asomaba
y el mono de la percha descolgaba,
sabías, que la salida hacia el campo
era cierta y tus ojitos vibraban,
dando saltos y gruñidos de contenta.
Ahora, bien se nota tu ausencia,
en nuestra retina estás
pero falta tu presencia,
tus ladridos y tus saltos,
tus ronroneos, tus lloros,
tus ojillos chispeantes,
tus orejillas alerta.
Tu rabillo en movimiento
cuando el viaje se aproxima,
tus quejidos y tus fiestas.
Mas no te has ido,
tú, Mori, siempre estarás
con nosotros.
Hay quien dice que el “alma”
solo es del hombre.
Nosotros muy bien sabemos,
que en estos años vividos
nuestras “almas” se entendieron
y ahora... aunque no estás
en vida, estás en nuestro sentimiento.
“Tu familia”