sábado, 1 de julio de 2006

Un nuevo día

Sentada en el poyato de la puerta
contemplo la mañana silenciosa,
neblinas que en el cielo desperezan
y al horizonte envuelven con figuras misteriosas.

Las luces del castillo se disipan
y emerge poco a poco su silueta,
reflejos rojecinos se divisan
descubriendo su perfil y su grandeza.

El rojo astro ilumina el nuevo día
y nos trae con su luz nueva esperanza,
regalo de los cielos a la vida
que envuelve nuestro afán y nos alcanza.

Ya cada uno se afana en su tarea,
dispuesto a disfrutar sus ilusiones, esperanzas,
y proyectos nos esperan
que nos llenan y calman ambiciones.

Cada día es el comienzo de la vida,
de la vida que tú abrazas con tus manos,
disfruta los momentos y ataja las fatigas
que después de la jornada está el descanso.

El día que amaneció ya se ha extinguido,
el sol se ha ocultado y es noche puesta,
cumplida tu misión descansa bien tranquilo
que mañana te espero en el poyato de la puerta.

La casa del Puertecico
Las Rubializas
Verano de 2006